domingo, 15 de octubre de 2006

INSOPORTABLE OBVIEDAD DEL SER

Ahora que la antitabaco me priva del "placer genial, sensual" de fumar, apoyo el brazo sobre la mesita del café, sobre la mano la cabeza, y me digo resignada: "pensando espero, al hombre que yo quiero". Pos ni modo. Como el hombre demora, divago...
Este artículo surge de esas elucubraciones, y es una suma de ideas vagas y desordenadas, propias del divagar. No hay más conocimiento detrás que los años de circo...

Parte de estas divagaciones tienen que ver con estímulos a partir de la lectura de algunos blogs.
Cito a sus dueños, a cuyos blogs pueden acceder a través de sus links.


En la mañana, a las 7 me levanto. Reflejo condicionado, tomar el diario y a latearme sin darme cuenta. Cada vez que lo abro, pienso, ¡para qué estoy leyendo esta lesera!
Me acuerdo de la fotografía en primera plana del avión brasilero estrellado en el Amazonas. Debajo una explicación que dice algo así como: avión se estrella por pérdida de altura.
Otra mejor: choque frontal de dos trenes, debajo de la foto de dos trenes que chocaron de frente. ¡¿Cómo no vamos a poder imaginarnos los lectores, que los aviones se estrellan cuando pierden altura hasta llegar al suelo...?! Y de la foto de los trenes, mejor ni hablar!!
Se me viene a la cabeza el título del libro de Kundera. Por el puro título vale la pena el libro..."La insoportable levedad del ser", nosotros peor, parece que la "insoportable obviedad del ser" nos quedara chica.
¿Esto es una plaga nueva o habremos sido siempre así? Porque esos titulares de los diarios no sólo reflejan el vuelo intelectual de periodistas y editores, también reflejan el nuestro. Aceptamos, comemos, tragamos. Tragamos información como quien se traga una papilla, acostumbrados a un periodismo sin hueso. Y esa falta de imaginación ¿se replica infinitamente? Parece que si, porque pegados en el análisis de los hechos que ya fueron, somos especialistas en buscar las causas, aunque seguimos sin entender los fenómenos.
Denuevo me acuerdo del diario, y de la tele, y de su voyeurismo en los temas de delincuencia, de su postura de "esto es el colmo!!!, aunque mientras más balas, mejor.
Claro que es el colmo, y peligroso además. En primera vuelta es "indignante", en segunda vuelta es triste. Todos conocemos las causas de la delincuencia, no hay que ser sociólogo para imaginárselas, pero hay cosas que no se ven a la primera. Es precisamente a esas a las que deberíamos prestar atención, a ver si damos con un camino que resulte.
Pienso en Pedro Arellano, en la tristeza y la impotencia con que cuenta la historia de Manuel, un reo reincidente, que después de haber estado preso por años, de haberse rehabilitado en la cárcel, enamorado, casado, cumplido su condena y por fin puesto en libertad, mata en una riña al agresor de un pariente. Esta historia es el horror concentrado, pero lo que más impresiona es la herida de Manuel. Esta deprimido por haber vuelto a la cárcel y por haber dejado sóla a su famila, pero lo que lo desgarra es haber comprendido que mató a otro ser humano.
Eso, que a primera vista nos parece obvio, no es obvio. No es obvio en su dimensión profunda, especialmente para quienes se alimentaron de puro maltrato. El amor por los que no son de nuestra tribu, no viene en el paquete, no es in-nato, (¿qué pensará Alvaro Fischer que ha estudiado el tema?). Muchos delincuentes no lo conocen, no tienen herramientas para descifrar el código, tal como algunos de nosotros no tenemos la encima que digiere el pimentón. Que pasaría si comprendiéramos que de la mano de la discriminación en oportunidades y bienes materiales viene también una distorsión en el acceso al afecto? Y que el bloqueo de ese salto que permite identificar al otro como un ser con la misma capacidad de sufrir que yo mismo, es lo que permite la supervivencia en el mundo del hampa?
Ahhh, me van a decir que la cosa es una selva en cualquier parte, que nadie se respeta, que el mundo fué y será una porquería,, que los ricos también lloran.. pero para qué lateamos...

Y como me puse a pensar en las oportunidades y en los afectos, salto a la educación. ¿Qué será mejor, el remedio o la enfermedad? Diagnósticos, análisis, pataleos, pronósticos. Pero por ahí una lucesita... el artículo "Finlandia primera, Chile penúltimo" de Herman Schwember. Según Herman, la clave finlandesa está en una educación cariñosa y en el compromiso de toda la sociedad finlandesa con ese modelo de educación, que entre otras cosas se refleja en el alto reconocimiento que tienen los "maestros". De ahí derivan la creatividad, el empuje, la claridad, la excelencia y la alegría.
Cariño como elemento clave e irrenunciable, materializado en vínculos afectivos entre alumnos y profesores, sin el fantasma de que cada profe que le hace cariño a un niño es un pedófilo. Nuevamente el cariño como protagonista.
Por supuesto que sé que el ingreso per cápita en Finlandia....que los profes mal pagados en Chile....que las cegueras ministeriales...que los profesores que no se dejan evaluar. Se de las demandas del colegio de profesores, de la diferencia en educación para ricos y pobres, pero precisamente no quiero pensar en eso, si en eso está pensando todo el mundo!

Y si de obviedades se trata, en materia política, sálvese quien pueda
Hace un tiempo escuchaba a la historiadora Sofía Correa, que decía que en Chile tenemos un DISEÑO de atomización social, por miedo a la organización social. Si, pero ahora eso ya no importa mucho, porque ¡ya pasó! No me refiero a hoy, a la foto de los trenes, pero estoy segura que de aquí a tres años cualquier diseño que pretenda impedir o influir en la interacción de grupos con intereses comunes, va a fracasar. La gran Asamblea va a ser en red, mucho más efectiva, inmanejable y poderosa que los sindicatos. Eso lo están mirando los políticos? Se estarán pegando una refrescadita con lo que viene?

Y en materia económica? Mejor saltarse las noticias, salvo que alguien necesite un dato: precio de determinada acción, precio del cobre, precio del oro etc, o que haya ocurrido una tendalada que haga peligrar los equilibrios macroeconómicos. El resto es repetir el credo:
Creo en el libre mercado, creo en la flexibilidad laboral, creo en la reducción de impuestos, creo en la libre flotación del dolar, creo en el emprendimiento, creo en la ayuda a las pymes...y resulta que yo también creo, pero ahora último un poco menos. De partida, ya no creo en el cuento del chorreo. Mentira, esa si que ya no se la traga nadie, la cuestión NO chorrea. Puede ser que a muchos no les importe que no chorree, ese es otro cuento. En el escenario del más fuerte, porqué debería importarles...pero que a algunos nos llueve maná del cielo, y a muchos les llega con gotario, es evidente. No se puede pretender tener la plata y la absolución al mismo tiempo. Ahora, antes que se enojen, no estoy postulando que es culpable el que tiene éxito. Lo contrario. El éxito (en cosas buenas, perfiero un ladrón poco exitoso) es precisamente lo que debemos estimular. El problema es que el estímulo es funcional a unos pocos, que son precisamente aquellos que rayan la cancha. Es en ellos que debe operar el gran cambio, la nueva comprensión, la disposición a revisar este sistema en que se ha hecho realidad el sueño de Nicanor Parra: " la Izquierda y la Derecha unidas jamás serán vencidas"! El sueño del pibe, todos se abrazan ,se pegan un par de palos por si acaso, con la condición tácita de no despeinarle un pelo al modelo. De tanto espejito espejito, de tanto estar de acuerdo, les va a quedar la embarrada.
Ahora, yo no estoy inagurando nada con lo que estoy diciendo. Hay muchos que se están planteando temas similares, lamentablemente no a nivel de los que mandan.
Leyendo blogs, me encuentro con empresarios inquietos, que comienzan a cuestionarse los alcances del modelo aplicado sin merced (Lean a Andrés Alemany) y con otros que han optado por mover montañas desde un trabajo comunitario (Héctor Jorquera).

¿Qué pasaría si la cosa la diéramos vuelta, si en vez de trabajar para que llueva de arriba, trabajáramos para que brote de abajo, y con la lógica de la Violeta Parra, pusiéramos "levadura", al pan que saldrá del horno con toda su sabrosura? Sabrosura no sólo para los que estamos sentados detrás de un computador, sabrosura también "para la boca del pobre, que come con amargura" Porque yo le creo a Yunus cuando dice que tenemos pobreza porque aceptamos tenerla. Si no, la habríamos erradicado que rato. Creo también, que tenemos obviedad y falta de creatividad a la hora de construir nuestro país, porque aceptamos tenerla.