sábado, 2 de diciembre de 2006

IDOLA

Hace algunos días llegó la Shakira y llenó el Estadio Nacional. Puras mujeres (casi) La relación era 40 mujeres por un pololo sometido. El lote nuestro aportó con varias. Eramos 15, entre hijas, hermanas, tías, amigas. La Antonia, hija del medio y en la cual los genes alemanes encontraron su caldo de cultivo, decretó que la patota debía comparecer en el Estadio al momento de abrirse las puertas. 6.30 de la tarde y nosotras en estampida a apoderarnos de algún lugar. No éramos premium, más bien medium, con asiento pero sin número, que en realidad equivale a nuestra pertenencia natural. Con voz pero sin voto, esperamos las tres horas a las que nos condenó la Antonia, hasta que pasadito las 9.30 se apagaron las luces y empezó una cosa galáctica, un griterío frenético en tono de soprano. Eramos 70.000 mujeres en red, inalámbricas, wifiadas, linkeadas entre nosotras, gritando "í-do-la" "ï-do-la" ... derrepente, entre vapores y humos luminosos, apareció pulgarcita. No la veíamos, pero qué importaba. Teníamos un lugar privilegiado frente a una pantalla gigante, que terminaremos de pagar este mismo mes del próximo año (oferta doce cuotas tarjeta Falabella), pero veíamos a la diosa en vivovirtual. Diosa y su publico, o su publica en este caso por un problema de género, nos largamos: "Contigo, mi vida, quiero vivir la vida, lo que me quedá de vida, quiero vivir contigo"Un sólo grito, una sóla mujer pensando en el hombre para vivirse lo que le queda de vida.( Mejor ni preguntar por los destinatarios...) y después la ídola furiosa mandando a freir monos al que la maltrató ..."no sólo de pan vive el hombre, sinó de excusas vivo yo" aquí se supone que los hombres cantan "yo sé que no he sido un santo, pero no estoy hecho de cartón..." (el patudo..) y aquí denuevo todas envalentonadas, con ganas de matarlo ..."mejor te guardas todo eso, aotró perró conese hueso y nos decimos adiós!" Catártico. Una sóla con la Shakira, Chakira, Chakira, todas iguales, aunque seamos un poquito más feas o bailemos como las pelotas.
Cabezas fundidas, corazones fundidos, cuerpos moviéndose juntos, bocas abiertas y desfiguradas como en un cuadro de Bacon, extendiendo los brazos hacia nuestra amada que nos saludaba desde la pantalla plana. Emocionante tener un líder.
Un poco aterrador también. Qué son estas oleadas de pasión que se replican, igualitas, en Buenos Aires, en Rio, en Ciudad de México? ¿Alegría global?