viernes, 30 de junio de 2006

jueves, 29 de junio de 2006

Gimnasia

Llegó el tiempo, se cumplió el plazo fatal. Ya no disimulo el sobrepeso y necesito hacer gimnasia. Me sobran rollos carnales y mentales, mucha grasa y pocas endorfinas. Me inscribo en un gimnasio y al cuarto mes de cargo automático a mi cuenta corriente, me animo a ir a mi primera clase de gimnasia entretenida . Llego vestida como el pariente pobre, con un pantalón de buzo de una de mis hijas, que me queda corto, y una polera con un loro verde, que ocacionalmente uso de pijamas. Menos mal que salvan las zapatillas ( primera postura) . Antes de entrar, ya estoy transpirando. Se me olvidó la clave y tengo trancada la cola.
Llego a la sala de baile-gimnasia. Frente a un espejo descomunal, se instalan las mujeres por orden de jerarquía. Es un orden tácito que descifro apenas entro. En primera línea, con vista panorámica de si mismas, están las atléticas, las más jóvenes y una que otra añosa fiel que se sabe los pasos. La segunda fila se compone de ambiciosas ascendentes y de unas cuantas pobres que fueron desplazadas a codazos. En tercera fila bailan las resignadas, las despreocupadas, las piolitas y las que están dando pecho.
Y está la cuarta fila, la última en la escala social. Ahí bailan las recién llegadas, las gordas, las tiesas, las señoras mayores, las tímidas y todas las pobrecitas que están acostumbradas, por una cuestión de supervivencia emocional, a evitar el espejo.
Aterrizo, está claro, en la cuarta fila. A la voz de maaambooo! parten todas en una dirección. Intento llevar el paso y, según yo, voy bastante bien, hasta que en un giro de cabeza no puedo evitar fijarme en mi vecina. Quedo hipnotizada, clavada en el piso. Es una señora gorda, con cara de buey, vestida con malla de leopardo, polera de leopardo y "colett " de leopardo, del que emergen unos pelos amarillos, como un crisantemo mustio. Entre pantalón y polera, una franja de guata desnuda, amarilla como el crisantemo de la cabeza. Apenas se mueve, intenta un paso, no le sale, vuelve a probar, tampoco, intenta una pirueta, gira lentamente sobre su eje y se contempla los piés con mirada bovina, como si no pudiera creer tanta agilidad. A estas alturas ya resopla. Confieso que yo también, además hace rato que ando perdida. La clase va tomando el ritmo frenético de las bailarinas de la primera fila, pilas duracel que se nutren del hechizo que les provoca verse en el espejo. Atrás, en la cuarta fila, la anarquía es total. Leoparda arrió la bandera y está apollada contra un muro, respira con la boca abierta. Dos bailarinas intentan reponerse de un choque frontal por problemas en la interpretación del paso de salsa.
Otra señora, muy digna, mantiene siempre el mismo paso (creación propia). No le preocupa si adelante bailan cha cha cha o cumbia. Leoparda se incorpora. No puede resistir el frenesí de tanta mujer auyando "devoooorame otra vez, devooooorame otra vez", vuelve gateando a la pista... la cosa está que arde...devoooooorame otra vez.....!!!!( siento compasión por los maridos).
Yo ya no le apunto ni al cuarto bote, errática no entiendo porqué parten cuando parten, porqué giran, porqué avanzan, aunque está claro que el cuento tiene una lógica, porque de hecho, a una seña del profe, todas avanzan de costado, como una marejada, tiritan con los hombros, mueven los brazos. Decreto que me carga, que me da verguenza ( propia y ajena) y decido no volver.

Han pasado dos meses desde mi primera clase. El contrato por un año, con cargo automático a la cuenta corriente, me convenció de hacer un nuevo intento....y ahí estoy, avancé a la tercera fila, me acomoda, creo que es mi pertenencia natural. A veces me toca al lado de una niña que acaba de tener su séptima guagua. Seguramente está aprovechando los dos meses de recreo antes de quedar esperando la octava. No puedo dejar de acordarme del Negro Piñera, que dice que él no es del Opus Dei, que le gusta más el Opus Night.
Aunque nunca le voy a achuntar a todos los giros y cambios de pasos, voy progresando. He transpirado  como nunca, no he bajado un gramo, pero me dicen que estoy "más firme" (cosa que me ofendió su poco). Lo principal es que el ejercicio hace bien para la cabeza. No por las endorfinas, -puro marketing- sino por el consuelo de saber que para sanarse  de los rollos mentales, no se necesita hacer gimnasia.  
La jaula de las locas sigue igual de loca,  aún que reconozco que tiene su mérito atreverse a bailar en primera fila...y adorarse.  A una de mis compañeras de dancing, la pillé (chanchita) tirándose un beso. ¿Y qué importa (mamá) si sus besos la hacen feliz!!!? 

Pensándolo así...en una de estas, lo que a mi me falta, es ponerme malla de Gatúbela, solidarizar con Leoparda para armar "masa crítica", avanzar con mi partner a codazo limpio hasta la primera fila, chantarnos orgullosas frente al espejo y bailar cantando a gritos: "PERO MIRA COMO MUEVE, LA COLITA, PERO MITRA COMO MUEEEEVEEE...!!!

lunes, 12 de junio de 2006

Ka-la belleza que redime

Siempre me sorprende cuando de algo feo sale algo hermoso. No se porqué me asombro; la naturaleza está llena de ejemplos. Pensemos en las cuncunas, que sin ser precisamente feas, son seres bizarros, que por una alquimia perfecta, terminan transformados en mariposas. O en una pareja de mafiosos que, para su desconcierto, tiene un hijo santo. Todo es capaz de redención, hasta las situaciones y los espacios más grotescos. Bueno, quizás no todos. No me imagino la exposición del Club de Jardines en el matadero de Lo Valledor, aunque la experiencia que viví en Las Vegas se asemeje en su absurdo positivo a una locura de esa envergadura.
La maravilla de la que quiero hablarles se llama KA, y es uno de los tres espectáculos que el Cirque du Soleil presenta simultáneamente en Las Vegas.
¿Cómo llega KA a presentarse en el garito más grande del Universo?
¿Cómo llega el espectáculo más sublime que probablemente se presente sobre la faz de la tierra, a este antro del neón y las lentejuelas y el griterío y el money money money?
Precisamente por el money. Sólo Las Vegas ofrece chipe libre a los creadores del equipo de Guy Laliberté, el dueño del Cirque du Soleil, para crear... cueste lo que cueste! El resultado da para pensar que la razón final de la ciudad construída por el mafioso Bugsy Siegel, no fue otro que el de dar asilo a estos artistas. Bugsy Siegel, malo malo, a estas alturas, requetemuerto, algún día te van a a dar la absolución y las gracias.
Para llegar al teatro, que como todo, está dentro de un hotel, hay que atravesar un salón de la extensión de un Mall, lleno de máquinas que recuerdan a los flipper de la infancia. Pero la recompensa vale la pena. El espacio es tan impresionante que 4000 personas enmudecen y se acomodan en silencio. La trifulca del casino desaparece, transmutada por la música que sale de los parlantes incorporados a las butacas.
Observo que el escenario no tiene piso, es un vacío que va a morir en algún lugar del tripaje interno del teatro, invisible a los espectadores. Desde esta cavidad salen grandes llamaradas de fuego que nos ponen en guardia. Se escuchan unos sonidos guturales, todos giramos la cabeza, no sabemos hacia dónde mirar. Vienen de arriba, de abajo, suenan como monos, o papagallos, o como indios del Amazonas. Desde unos palcos elípticos que penden de los costados, unos seres pequeños y musculosos están disparando flechas y hablando en gerigoncio. Son pequeños guerreros pintados, pequeños mongoles que siguen disparando flechas que se clavan en el escenario. De ahí para adelante, la cosa no para más. Es la primera batalla, el primer ataque en la historia de dos hermanos separados a la fuerza, que en la lucha permanente de los opuestos, recorren la tierra hasta volverse a encontrar.
El día y la noche, el bien y el mal, lo burdo y lo sublime, todo entrelazado en una historia que no se entiende mucho, porque da lo mismo. Aquí el lenguaje es otro. No es lenguaje hablado, las palabras ya no existen. Tampoco es el lenguaje de los mimos...es el idioma del movimiento, de las elipses, de los colores, del peligro...
En el escenario hay 60 bailarines y acróbatas haciendo sus giros cuando se comienzan a descolgar más guerreros desde el techo. Son una plaga que dispara flechas que emergen como palos en la cubierta del escenario, que ya no es un escenario plano, que giró, se incorporó y es una pared de acero, completamente vertical, y los acróbatas comienzan a trepar, como moscas o arañas, y todo todo todo es hermoso, de una hermosura delirante, del brillo que tiene el terrón, la tierra, la arcilla, asi brillan en sus trajes, estos pajes de la magia del delirio. Recomienzan reinventan la estética, la poética, las palabras, en un lenguaje que nos son palabras, que son sonidos universalas que son ü jiot pchútlezchols, dulces, o agresivos, y resulta que todos entendemos la metáfora y la música, que es una música adelantada, como no había escuchado jamás, con bemoles que esta vez no son de pena, curiosamente, son más bien de anticipo, con tormentas acompañadas de sonidos de trombones, pura potencia, y un canario que es el trino de una flauta cuando aparece una bilarina.
Los hermanos no paran de buscarse. En sus ansias de encuentro uno sube a un barco y naufraga. Desciende al fondo del mar, nada susupendido en una danza azul y acuática, emerge acompañado de burbujas, asciende montañas, cae a una grieta. El otro se sumerge en el centro de la tierra que es un submundo de fuego y pecado, lucha, huye, enfrenta...

Todo ahí es poesía, poesía los engranajes y las poleas que hacen girar las ruedas de ese aparato gigante, poesía el émbolo hidráulico que emerge empujando en el lomo ese escenario de titanes. Ah....y los trajes.. con esa cadencia, con esa marcialidad milenaria. Yo quiero quiero quiero quiero, esos trajes para mi, quiero ponerme ese traje de mandarín chino, un ají de campo , y esos trajes de guerrero, y las túnicas blancas y los sombreros colorados, alados como grandes perchas, y esas mallas de vìboras plateadas, y verdes y amarillas, como son las víboras. Amigos míos, nunca he visto algo más hermoso, más conmovedor en su hermosura, si hasta me acordé del Papa, del que se murió, con su frase "la belleza salvará al mundo" y pensé que tuvo razón, y de pasadita me acordé de Miguel Bosé, que para muchas es como el Papa, cuando canta "la Belleza, la Belleza" y si yo tuviera, y si yo pudiera transmitirles una molécula de la belleza que vi, amigos míos, que felices estarían ustedes, el día de hoy.

viernes, 2 de junio de 2006

Cristales

En el viaje a USA que mencioné en el artículo anterior, en algún momento aterricé en Las Vegas.
La versión actualizada de Sodoma y Gomorra, me dejó con la boca abierta. Esa experiencia da para varios post, pero el de ahora, tiene que ver con un anillo...

Los hoteles de las Vegas, son máquinas del dinero. Junto con la selva de tragamonedas, mesas de pocker y ruletas por las que hay que abrirse paso, están las tiendas. Algunas más sofisticadas que otras, pero todas carísimas, y a la espera de que los pocos que lograron sacarle plata al casino, (en un entusiasmo de su esquizofrenia ludovica) la gasten en la euforia del triunfo.
Yo, que no me atrevo a jugar ni al "raspe y gane", prefiero mirar y pasear. Asi, paseando, reparo en la vitrina de una joyería. Que impresión! Cuanto valor detrás de esa vidriera. Junto a un reloj de pulsera enorme, cubierto en diamantes, probablemente concebido para la felicidad de algún jeque árabe, veo un anillo que me llama la atención. Entre tanto revoltijo, destaca por su pureza y sencillez. Un brillante solitario, en un engaste cuadrado. Que ganas de saber cuanto cuesta...
Medio agachada, diviso a la vendedora a través del vidrio.
Ipso facto se me vienen a la cabeza Mary, Peggy, Betty, Julie... las "rubias de New York" de Carlitos Gardel, esas que "dan envidia a las estrellas", sólo que esta rubia está un poco mustia, como la Susana Ximenez.
Estoy que entro y no entro, pero sigo cantando por dentro .."deliciosas muñequitas perfumadas, tengo envidia de sus boquitas pintadas...""...es como un cristal la risa loca de Julie..." listo! esa es la señal, es como un CRISTAL la risa loca de Julie...tengo que entrar, además, estoy en Las Vegas, como no me va a dar para eso el desenfreno!!!
-Sorry, pero...¿ cuánto cuesta ese ring?
-¿That ring?
-si, ese, el cuadradito..
- U$ 350.000
-¿Jauu maach???!!! (¿cua cua cuántooo?)
-threehundert and fifty thousend dollars, (inmutable)
Tal cual, trescientos cincuenta mil dólares americanos, ...con razón era tan bonito...
No, mejor ni me lo muestre, muchas gracias, thank you, thank you.

Salgo igual que al gato que lo echan de la carnicería, pero me quedo pegada con la frente al vidrio de la vitrina. Es que miro el anillo y me pregunto de dónde vendrá esa piedra, quien la talló y la tuvo en sus manos. Cuál de todos los talladores de diamantes, judíos asentados en Flandes por generaciones, la tocó, la pulió, la puso a contraluz para emocionarse con su belleza... y me acuerdo haber leído que el negocio de los diamantes, ese que mueve fortunas en los bolsillos de los abrigos, en que los tratos se cierran con apretones de manos, y en que los talladores de piedras son millonarios, que con sus bucles y sus sombreros negros viven frugalmente comiendo "gefilte fisch", está cambiando de mano. Ya los hilos no los mueven los descendientes de los judíos expulsados de España hace 500 años. Llegaron los hindúes, y como en la bíblica plaga de los saltamontes, lo están devorando todo.
De repente se me ocurre pensar que la piedra puede ser antigua, no en el sentido geológico, ese de la antiguedad de millones de años, sino antigua a escala humana, es decir, de corte antiguo. Y si fuera asi....quien sabe...podría incluso haber estado en las manos de Baruj Spinoza, ese filósofo judío maravilloso, que mientras en la soledad de su taller labraba piedras y cristales, en la Holanda del sg XVII, pensaba en Dios, y era repudiado por judíos y cristianos.
Fue él, Baruj Spinoza, quien hizo brotar de Borges estos versos...

"Las translúcidas manos del judío
labran en la penumbra los cristales
y la tarde que muere es miedo y frio
las tardes a las tardes son iguales.
Las manos y el espacio de jacinto
que palidecen en el confín del ghetto,
casi no existen para el hombre quieto
que está soñando un claro laberinto.
No lo turba la fama, ese reflejo
de los sueños en los sueños de otro espejo
ni el temeroso amor de las doncellas,
libre de la metáfora y el mito
labra un arduo cristal , el Infinito
mapa de Aquel que es todas Sus estrellas.

Y el anillo sigue ahí, como una de las estrellas de Borges o de Gardel, y yo pienso que en otra estrella, una vez, tomé otras manos de un judío en mis manos, que labraron un cristal en mi corazón.

Parezco un chupón pegada a la ventana, me doy cuenta que la Marilyn del mostrador hace vagar la mirada por el valle de las pulseras, después me mira y le tira una mirada en clave al gorila de la puerta: " ojo, mujer sospechosa- cambio"
Mujer sospechosa, a su vez, se da cuenta que mejor apretar, porque para variar está chapoteando en el caldo de cabeza, y CÓMO le va a explicar al guardia que Spinoza y los reyes católicos y la plaga de saltamontes de los pobres (ricos) judíos de Antwerpen en Bélgica!
Mejor seguir mirando y cantando a Gardel, porque ahí la cosa es una fiesta, y...

"las deliciosas muñequitas perfumadas,
dan el brillo de sus boquitas pintadas
frágiles muñecas del olvido y del placer
ríe su alegría, como un cascabel..."

y total.. yo podría ser así y pasarlo bomba!